La vida temprana de Charles Dickens estuvo marcada por la pobreza.
Forzado de pequeño a trabajar en una fábrica de
betún para calzado por la irresponsabilidad de su padre, se procuró
educación autodidacta y llegó a convertirse en el escritor más exitoso
de su tiempo. Y en uno de los hombres más ricos por esfuerzo propio de la Inglaterra victoriana.
Ahora, 200 años después de su nacimiento, Dickens sigue haciendo dinero.
En una investigación exclusiva de la BBC, la consultoría Interbrand le calculó un valor a Dickens como marca.
El creador de Oliver Twist, Fagin, Scrooge y
muchos otros personajes memorables genera unos US$444 millones anuales a
la economía del Reino Unido.
Finanzas y pobreza
Como escritor, Dickens siempre estuvo interesado en el dinero.
Oliver Twist, su personaje huérfano y el
protagonista de una de las primeras novelas sociales de la historia de
la literatura, reclama "más" en el taller donde trabajaba y es adoptado
por el acaudalado señor Brownlow.
Otro huérfano, Pip, en "Grandes Esperanzas" ve
su vida transformada por un benefactor misterioso, y los personajes de
"Casa Desolada", están inmersos en una demanda judicial interminable y
costosa.
Ningún otro autor dedicó tanta atención al poder transformador de las finanzas o al conflicto que implica la pobreza.
Éxito de venta
El trabajo pionero de Dickens en llevar a las letras las
tribulaciones de los desposeídos fue la acción de un hombre que conocía
de cerca la pobreza.
Ni siquiera cuando comenzó a acumular una enorme riqueza, el autor olvidó lo que era vivir sin recursos.
Incluso Dickens libró una larga batalla en los
tribunales debido a violaciones de sus derechos de autor cometidas en
Estados Unidos.
El escritor dejó un legado de novelas y relatos que disfrutaron de gran popularidad y fueron éxitos de venta.
Economía dickesiana
Los ingresos que genera la marca Dickens no son nada despreciables.
La investigación realizada por la BBC
proporcionó las cifras más precisas hasta ahora de toda la actividad
económica asociada con el nombre de Charles Dickens.
La narrativa del hombre que como pocos supo
describir la pobreza sigue vendiendo bien y aporta casi unos US$5
millones al año por la comercialización de sus libros, tanto impresos
como electrónicos.
Las adaptaciones de su obra a la televisión y el
cine, como una reciente producción de la BBC de "Grandes Esperanzas",
generan más de US$53 millones.
Las adaptaciones teatrales, a su vez, producen más del equivalente a US$100 millones.
El turismo también es una importante fuente de
ingresos debido al interés que despiertan museos temáticos y
exposiciones, en sitios relacionados con el autor tanto en Kent, como
Portsmouth o Londres.
Camisetas y cervezas
Pero Dickens no es sólo evocado en las salas de seminario o los museos.
Muy apropiadamente, el escritor que describió
como nadie la vitalidad y el color de la época victoriana, todavía
encuentra su nombre asociado a tabernas, tiendas de curiosidades, ferias
de época y fiestas navideñas.
Hay toda un industria en torno al souvenir con
el tema de Dickens que produce desde paños de cocina hasta tazas de café
y camisetas.
Incluso una línea de la destilería Mauldons elabora cervezas con la temática de Charles Dickens.
Con sus novelas Dickens creó una maquinaria
generadora de dinero que difícilmente dejará de producir millones,
incluso a doscientos años de su nacimiento.
Hoy el hombre que conoció la pobreza sigue generando más millones que los que soñara el avaro Ebenezer Scrooge.
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