En el mundo anglosajón estaba la Enciclopedia Británica, que el martes 13 de marzo anunció que deja de imprimirse después de 244 años y que, a partir de ahora, sólo saldrá en formato 'online'. En los 40 y 50, en EEUU, la Británica era el símbolo de entrada en la pequeña burguesía.
Es todo un cambio cultural y hasta de mobiliario. Las enciclopedias, que a veces se compraban 'por metros', se extinguen. Ahora, lo que confiere 'caché' a una casa es el iPad. La tienda 'online' Amazon ha lanzado su propia tableta, el Kindle, simplemente para poder vender más libros y productos en red. El conocimiento ya ni siquiera está en las computadoras, sino en la red y, ahora, en la 'Nube', es decir, "en la entrega de servicios informáticos, no de productos". Eso es lo que dice, obviamente, Wikipedia, una creación tan notable como las Enciclopedias de toda la vida, ya que es producto de la colaboración altruista de miles de voluntarios dispersos por el mundo.
De hecho, la 'Biblia' de la gestión de empresas, la Harvard Business Review presentaba el año pasado a Wikipedia como un reto a las concepciones del ser humano como un 'maximizador¡ del beneficio. La web de la misma publicación también vende un 'caso' (como se denomina en el argot del ‘management’) sobre cómo Wikipedia ha destruido a la Británica, escrito por dos profesores de la prestigiosa escuela de negocios francesa INSEAD. Un estudio de la revista científica 'Nature', en 2005, daba más rigor a Wikipedia que a la Enciclopedia Británica, pero su análisis se ceñía a los artículos científicos, que suelen ser escritos por expertos en esas ramas del saber. El estudio no tocó tampoco las ciencias sociales. Ni la actualidad.
Un ejemplo: si se quitan las referencias bibliográficas, Denis Diderot (el 'padre' de la Enciclopedia francesa, que a su vez generó la Británica) tiene una entrada unas 100 palabras más corta que Belén Esteban en la edición de Wikipedia en español.
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