fuente: quilmespresente.com
Infinidad de parejas de todas las edades celebran y disfrutan el Día de los Enamorados en todo el mundo, pero no todas ellas encajan dentro de los modelos de relaciones monógamas tradicionales, es decir noviazgo, pareja de hecho o matrimonio. De hecho, hay amigovios, amigos con derecho a roce, los que están juntos para el fin de semana, o cada uno en su casa. También, por supuesto, las relaciones en línea. Mujeres y hombres adoptan nuevas fórmulas para compartir su amor en estos tiempos.
María Beatriz Pereira Reis, psicóloga de adultos de ISEP Clinic Barcelona, explica cómo funciona este tipo de relaciones del siglo XXI.
“Estas parejas alargan la fase de enamoramiento, ya que la ausencia del otro permite que, al volver a verlo, lo sintamos como si fuera la primera vez, por lo que las emociones suelen ser más intensas que en quienes conviven a diario”, apunta. Además, al compartir tan poco tiempo, sus integrantes tienden a reforzar los aspectos positivos de la relación, y a minimizar las diferencias y conflictos. Sin embargo, hay algunos peligros: sus miembros pueden volverse celosos e inseguros, o muy egoístas con su espacio individual, y aumentar las probabilidades de infidelidad por la distancia física. “Este tipo de relación dificulta la posibilidad de compromiso y avance del vínculo”, explica la psicóloga.
Los integrantes de las parejas “cada uno en su casa” suelen superar los 40 años de edad, son monógamos y poseen un vínculo estable y duradero. Casi todos ya estuvieron casados y muchos tienen hijos y eligen compartir la vida con el otro, pero sin el desgaste de la convivencia viéndose, al menos, dos noches por semana. “Comparten momentos especiales, viajes, vacaciones, fines de semana y, a veces, tiempo con los hijos del otro. Y también la forma de ver la vida. Pero, por decisión de ambos, ni la casa ni la economía son comunes”, destaca Pereira. Y agrega: “Estas parejas son algo parecido al vínculo afectivo ideal, con muchas ventajas y casi ninguna desventaja, aunque para otros son producto del individualismo posmoderno, que implica un menor grado de compromiso amoroso”.
María Beatriz Pereira Reis, psicóloga de adultos de ISEP Clinic Barcelona, explica cómo funciona este tipo de relaciones del siglo XXI.
JUNTOS SOLO EL “FINDE”
Según Pereira, las relaciones del tipo “juntos el fin de semana” funcionan bajo el concepto de “luna de miel” cada “weekend” y suelen estar formadas por adultos de 25 a 35 años, que están creciendo como profesionales. “Muchas veces deben viajar seguido o estar durante algún tiempo en lugares diferentes a los de su pareja, con lo cual, acuerdan verse el fin de semana como recompensa por estar toda la semana separados”, indica la experta.“Estas parejas alargan la fase de enamoramiento, ya que la ausencia del otro permite que, al volver a verlo, lo sintamos como si fuera la primera vez, por lo que las emociones suelen ser más intensas que en quienes conviven a diario”, apunta. Además, al compartir tan poco tiempo, sus integrantes tienden a reforzar los aspectos positivos de la relación, y a minimizar las diferencias y conflictos. Sin embargo, hay algunos peligros: sus miembros pueden volverse celosos e inseguros, o muy egoístas con su espacio individual, y aumentar las probabilidades de infidelidad por la distancia física. “Este tipo de relación dificulta la posibilidad de compromiso y avance del vínculo”, explica la psicóloga.
AMIGOS CON DERECHO A ROCE
“Los también llamados amigovios o amigos con derechos a roce, que mantienen relaciones sexuales dentro de un vínculo de menor compromiso formal que un noviazgo, son una relación amorosa y erótica en la que se niega el encuadre matrimonial”, según la profesional. “Los amigovios entran en una categoría especial: no son novios ni amantes, y no existe la posibilidad de un futuro amoroso. En estas relaciones abundan la exploración, las búsquedas y el sexo; todo vale, excepto enamorarse”, enfatiza. Sin embargo, el engaño y la transgresión entre ellos también puede tener un sabor y un sentido particular por lo que, como en todo vínculo, debe haber respeto mutuo y honestidad aun para decirle al otro que la relación ha finalizado, por la razón que sea, remarca la especialista.
CADA UNO EN SU CASA
Los integrantes de las parejas “cada uno en su casa” suelen superar los 40 años de edad, son monógamos y poseen un vínculo estable y duradero. Casi todos ya estuvieron casados y muchos tienen hijos y eligen compartir la vida con el otro, pero sin el desgaste de la convivencia viéndose, al menos, dos noches por semana. “Comparten momentos especiales, viajes, vacaciones, fines de semana y, a veces, tiempo con los hijos del otro. Y también la forma de ver la vida. Pero, por decisión de ambos, ni la casa ni la economía son comunes”, destaca Pereira. Y agrega: “Estas parejas son algo parecido al vínculo afectivo ideal, con muchas ventajas y casi ninguna desventaja, aunque para otros son producto del individualismo posmoderno, que implica un menor grado de compromiso amoroso”.
RELACIONES ONLINE
En cuanto a las relaciones por internet, es claro que las páginas para conocer gente y las redes sociales se han convertido en un método habitual para hacer nuevos amigos y encontrar a alguien especial. “Allí se produce una conexión, una afinidad, un encuentro entre dos personas que encajan bien, que es real y el que se produzca a través de una pantalla no la hace menos válida”, señala Pereira. Se puede conocer a la persona sin pasar el filtro de lo físico, el dinero o las barreras sociales, agrega. “También resulta más fácil hablar sobre uno mismo, porque no tenemos al otro delante. No nos tenemos que enfrentar a su mirada, a sus réplicas, a sus reacciones y, sobre todo, a sus juicios. Por lo tanto, es más fácil sincerarse”, continúa. “Pero también habilita mucho la mentira y además la idealización, ya que si esa persona con la que conectamos hace comentarios ingeniosos o inteligentes o tiene una foto de perfil atractiva, podemos imaginar que es el hombre o la mujer de nuestra vida, sin defectos ni problemas”.
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