Al respecto, el director general del Conaliteg, Joaquín Díez-Canedo Flores, recordó que desde sus orígenes este organismo se marcó como objetivo que cada estudiante de los niveles obligatorio asistiera a la escuela con un libro de texto bajo el brazo. Es por ello que al cumplir este mes 56 años de haberse creado, el Conaliteg se consolida como un pilar de igualdad en la educación, aseveró. “Es conocimiento, no son opiniones ni creencias; es ciencia; es el conocimiento de la lengua; el conocimiento de la posibilidad de calcular y dimensionar a través de las matemáticas; el conocimiento de las cosas elementales de la naturaleza y de la sociedad, que se resumen en aprender a aprender y aprender a convivir”, planteó. Recordó que creada por el presidente Adolfo López Mateos, en febrero de 1959, la Conaliteg ha evolucionado con el fin de ofrecer a la comunidad educativa libros de calidad. Además, la Conaliteg se reúne con los responsables de la educación de los estados hasta con casi un año de anticipación, para establecer cuántos alumnos esperan tener cada año en los diferentes niveles educativas, para enviar las cantidades necesarias a cada entidad. Díez-Canedo Flores explicó que mientras en primaria son libros de texto únicos, en secundaria participan editoriales privadas, y el maestro puede elegir entre las distintas editoriales los textos que mejor le convengan. Y esto se debe que para las 17 materias en secundaria hay 399 títulos; es decir, que para cada materia hay hasta 30 opciones, indicó.
Lo que hace la Conaliteg es administrar el proceso de recoger la sección de estos libros, que en ocasiones lo hacen los mismos maestros, ya que se tiene una aplicación para que escojan en línea los títulos de los libros que requieren. Además, la Conaliteg cuenta con catálogos de libros para escuelas que tienen una característica o propósito especial, como los dedicados a la educación indígena, en el que se repartieron casi siete millones de libros. El funcionario aseguró que además están los libros en código braile que por primera vez en la historia también se reparten en el nivel secundaria. Y esto implica un reto especial porque son muy voluminosos, debido al tipo de papel en el que se realizan y el relieve del mismo código que se lee con las yemas de los dedos, explicó. En tanto, los macrotipos son libros para alumnos con baja visión, y tienen el doble de ancho y alto de los libros normales, y se aumenta el tamaño de la letra y eliminan fondos de colores, con el fin de facilitar la lectura. Aseguró que la labor de la Conaliteg no sólo se concentra en el país, ya que cada año envía, unos 500 mil ejemplares a las comunidades de mexicanos que radican en el extranjero, principalmente en Estados Unidos.
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