fuente: http://www.msn.com/
¿Eres de
los que no osas empezar tu comida antes de hacerle una foto al plato?
Entonces el restaurante de Catit de Tel Aviv está especialmente pensado
para ti. El establecimiento se ha unido a la bodega Carmel para poner en
marcha el proyecto Foodography, una nueva experiencia culinaria para los adictos a fotografiar la comida con el smartphone.
El concepto que se respira en este restaurante es, cuanto menos, ingenioso y original. Los platos no están concebidos para comer, sino que han sido diseñados para proporcionar a los comensales el mejor emplazamiento para fotografiar los alimentos.
De este modo, la vajilla que se emplea en el Catit de manera habitual cuenta con diferentes piezas que tienen la finalidad de ofrecer un marco ideal para que la comida salga perfecta en la foto.
Uno de los platos, llamado The Limbo, dispone de una ranura para colocar el teléfono móvil a una distancia y con un ángulo perfectos para que el usuario no tenga que hacer ningún esfuerzo a la hora de inmortalizar la comida. Además, para evitar que el tipo de la mesa de enfrente te estropee el encuadre, tiene una elevación en el lado contrario para que te sirva de fondo.
Otro de los modelos de la vajilla, cuyo nombre es The 360, te proporciona un soporte para el smartphone en un extremo y dispone de una base giratoria, lo que te permite tomar vídeos en 360º del plato que hayas pedido.
Además, un fotógrafo especializado en bodegones de alimentos ofrece un taller gratuito para enseñar a los comensales mientras ellos disfrutan de su comida.
El proyecto Foodography ha resultado ser un éxito absoluto: el restaurante ha conseguido muchísima notoriedad tanto en Israel como a nivel mundial, y la bodega ha incrementado sus ventas un 13%.
La experiencia Foodography cuesta 155 dólares durante una hora y se podrá disfrutar en el restaurante Catit hasta finales de junio de 2015. Puedes ver las fotos que han hecho los comensales buscando el hashtag #fdgr en Instagram.
El concepto que se respira en este restaurante es, cuanto menos, ingenioso y original. Los platos no están concebidos para comer, sino que han sido diseñados para proporcionar a los comensales el mejor emplazamiento para fotografiar los alimentos.
De este modo, la vajilla que se emplea en el Catit de manera habitual cuenta con diferentes piezas que tienen la finalidad de ofrecer un marco ideal para que la comida salga perfecta en la foto.
Uno de los platos, llamado The Limbo, dispone de una ranura para colocar el teléfono móvil a una distancia y con un ángulo perfectos para que el usuario no tenga que hacer ningún esfuerzo a la hora de inmortalizar la comida. Además, para evitar que el tipo de la mesa de enfrente te estropee el encuadre, tiene una elevación en el lado contrario para que te sirva de fondo.
Otro de los modelos de la vajilla, cuyo nombre es The 360, te proporciona un soporte para el smartphone en un extremo y dispone de una base giratoria, lo que te permite tomar vídeos en 360º del plato que hayas pedido.
Además, un fotógrafo especializado en bodegones de alimentos ofrece un taller gratuito para enseñar a los comensales mientras ellos disfrutan de su comida.
El proyecto Foodography ha resultado ser un éxito absoluto: el restaurante ha conseguido muchísima notoriedad tanto en Israel como a nivel mundial, y la bodega ha incrementado sus ventas un 13%.
La experiencia Foodography cuesta 155 dólares durante una hora y se podrá disfrutar en el restaurante Catit hasta finales de junio de 2015. Puedes ver las fotos que han hecho los comensales buscando el hashtag #fdgr en Instagram.
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