fuente: http://www.laprensafl.com/
En la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara hay un fantasma. Cada vez más
personas lo ven y cada vez más crece su presencia.
Entre
los innumerables pasillos y estantes destinados a promover la palabra
impresa de habla hispana, hay un rincón dedicado exclusivamente al libro
electrónico. No es tan pomposo como sus colegas atómicos, pero al pasar
por ahí uno siente que la cosa está creciendo.
Pero
lo que ocurre en la llamada FIL de Guadalajara parece ser un reflejo de
lo que sucede en el mercado. Si bien los libros electrónicos avanzan en
la región, aún están lejos de su contraparte en papel o de los números
que observan en Estados Unidos.
En dicho país la empresa PwC (PricewaterhouseCoopers) estima que los libros digitales superarán a los de papel en 2017.
En
Latinoamérica las cifras son más debatibles y es difícil citar una
fuente confiable, pero es posible estimar que su proporción en el
mercado es menor al 10%; apenas un poco superior en España.
Pero la adopción tecnológica de lectores de libros electrónicos y tabletas está cambiando el panorama.
Por ello en la FIL en Guadalajara es posible observar a librerías mexicanas como Gandhi vender libros electrónicos a través de lectores que cuestan unos US$100 o vía apps en iOS y Android.
También hay editoriales como Penguin Random House que por medio de un sitio web llamado megustaleer.com.mx ofrecen a la venta libros electrónicos o en papel.
Un jugador regional es Bajalibros.com, una empresa argentina que ofrece títulos digitales en América Latina y España.
"Nuestro
mayor contenido es en español para el mercado hispano y eso es lo que
nos permite diferenciarnos y competir con monstruos como Amazon o
Google", asegura Mercedes Conte, Marketing Manager de la empresa y
agrega: "Esas empresas creen que Latinoamérica es igual y es importante
conocer las diferencias locales y culturales. Esa es nuestra
especialización".
La
compañía digital vende libros a todo el mundo, pero ofrece portales
especializados para países como México, Argentina, Chile, España y
EE.UU.
"El
principal desafío es generar el cambio de hábitos en la personas. Pasar
del papel a dispositivos electrónicos. Hoy la mayoría de las personas
cuentan con un celular o una tablet y la portabilidad de estos
dispositivos permite que el usuario tenga su lectura con él
permanentemente", afirma Hernán Ratinoff, Product Manager de la empresa.
Los
lectores parecen pensar lo mismo. En una pizarra opinan sobre libros
electrónicos con frases como "Me encantan los libros electrónicos. Llevo
miles en mi tablet".
Otros creen que el papel es irreemplazable: "Me encantan los libros, sentir las hojas".
Los
formatos digitales, más allá de su conveniencia y precio, pueden
resultar atractivos no sólo para los lectores, sino también para los
autores.
Uno de
los éxitos de Amazon ha sido su plataforma de publicación independiente
que permite a autores subir sus obras al sistema y venderlas sin
requerir un intermediario, y obteniendo más regalías que con una casa
editorial a cambio de una menor promoción.
Gandhi y Bajalibros.com, por ejemplo, ofrecen dicha opción a los autores independientes de habla hispana.
Las
bases están sentadas para que el libro electrónico termine de despegar
en Latinoamérica y España. Si los hábitos cambian tan rápido como la
adopción de nuevos dispositivos, el futuro de la letra digital será
interesante.
Quizá entonces el fantasma cobre vida.
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