fuente: elobservador.com.uy
El polémico obsequio fue creado por un cura jesuita asesinado en 1980 por paramilitares.
El obsequio del presidente boliviano Evo Morales al papa Francisco -un Cristo crucificado sobre una talla en madera con la hoz y el martillo que representa a la ideología comunista- suscitó controversia este jueves en Bolivia, con religiosos que consideraron a ese regalo como una "provocación".
No obstante, el gobernante ha descartado que ello haya sido un invento suyo, y recordó que se trata de una creación del sacerdote jesuita, poeta y cineasta Luis Espinal, asesinando en 1980 por paramilitares de derecha.
"Estamos acostumbrados a la originalidad creativa del presidente Morales", comentó a la AFP monseñor Eugenio Coter, apostólico del departamento amazónico de Pando, al ser interrogado sobre el regalo, que alude a un símbolo del comunismo.
"Es una provocación, una travesura", consideró por su parte el obispo Gonzalo del Castillo.
No es un invento
"El padre Espinal ha estado con los pobres, ha sido torturado antes de ser asesinado. Ese padre ha diseñado, ha tallado (...) No es invento de Evo Morales, solo estamos recuperando ese mensaje del padre Luis Espinal", dijo el gobernante en una entrevista al canal de televisión CNN en español.Según explicó a radio Patria Nueva la ministra de Comunicación, Marianela Paco, se trata de un regalo simbólico, "porque la hoz significa labrador y el martillo carpintero. Ambas figuras representan a poblaciones humildes, trabajadoras, personas de Dios"."Esa fue la intención de este regalo y no fue ninguna otra maniobra o cualquier otro supuesto que se puede estar manejando al respecto", agregó.
Varios bolivianos consideran como un gesto sorprendente este regalo.
La ministra Paco recordó que Espinal tenía entre sus pasatiempos dibujar y hacer tallas en madera. "Siempre sus dibujos y sus tallados tuvieron contenidos muy profundos", dijo.
El papa argentino rindió homenaje a Espinal al llegar a Bolivia rezando ante el lugar donde su cuerpo torturado y acribillado fue encontrado en la ciudad de La Paz.
AFP
"Es un regalo anacrónico. En los años 70 tenía un sentido esa obra, era el compromiso con el socialismo. Hoy en día con la caída del muro ha quedado atrás. Rescatar un símbolo así es sacarlo del contexto, una travesura del presidente", comentó a la AFP Francisco Zaratti, experto en asuntos de Iglesia boliviana.
No estaba previsto
Por su parte, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, reconoció en una rueda de prensa que el regalo de Morales, que estaba acompañado de dos condecoraciones dedicadas a Espinal, no estaba dentro de los planes.
"No estaba previsto, eso es claro. Francisco no lo sabía, además se sabe que el papa no suele recibir condecoraciones", comentó Lombardi.
"El papa no ha hecho hasta ahora particulares observaciones sobre el asunto ni me ha pedido de manifestarlas", agregó.
Las redes sociales también reaccionaron, en general negativamente, a la entrega del original regalo al papa Francisco. "El papa comunista castrochavista", comenta con ironía @Bladimirs20 en un tuit.
"Nada más feo que comunismo y religión", sostiene también en un tuit Daniele de Faria, en una alusión a la forma de la escultura que el jesuita realizó. "Que falta de respeto", dice el usuario @Titicas.
Morales se define como socialista y representa una corriente regional conocida como "Socialismo del siglo XXI", que también profesan los gobiernos de Venezuela y Ecuador.
"El papa no ha hecho hasta ahora particulares observaciones sobre el asunto ni me ha pedido de manifestarlas", agregó.
Las redes sociales también reaccionaron, en general negativamente, a la entrega del original regalo al papa Francisco. "El papa comunista castrochavista", comenta con ironía @Bladimirs20 en un tuit.
"Nada más feo que comunismo y religión", sostiene también en un tuit Daniele de Faria, en una alusión a la forma de la escultura que el jesuita realizó. "Que falta de respeto", dice el usuario @Titicas.
Morales se define como socialista y representa una corriente regional conocida como "Socialismo del siglo XXI", que también profesan los gobiernos de Venezuela y Ecuador.
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