Con el fin de encontrar un reemplazante para los vehículos que funcionan con hidrógeno, los investigadores dieron con una técnica para separar los componentes de la orina, la urea y el amoníaco, y convertirlos en hidrógeno.
Geraldine Botte, autora del estudio, reveló a la BBC que "es un proceso más barato, eficiente y es el resultado de desechos orgánicos".
Aunque el hidrógeno se encuentra en grandes cantidades en la Tierra, por lo general se está acompañado de otros elementos y su obtención requiere demasiada energía, por lo que no es sustentable.
Dos o tres litros por día
subirExperimentando con aguas de desecho, Botte consiguió separar sus compuestos de manera tal que obtuvo átomos de hidrógeno, además de agua limpia, por medio de un proceso de electrólisis.
De ahí que "a más urea y amoníaco más hidrógeno, y lo hemos comprobado con orina de humanos, de animales y con orina sintética", apuntó la experta.
Según los cálculos del Centro de Investigación de Energía Electroquímica del establecimiento de Ohio, un auto que funcione a partir de celdas de hidrógeno podría contabilizar 150 kilómetros con un galón, lo que puede traducirse en una cifra de alrededor de 40 km/l.
Así como puede ser reutilizada en vehículos, Geraldine Botte apuntó que "la orina de los 22 mil estudiantes de esta Universidad, -el ser humano orina de dos a tres litros por día- podría generar energía para unas 50 a 70 casas, al ser procesada por una celda de combustible".
En Estados Unidos ya existen vehículos que poseen un tanque de almacenamiento de urea, la cual es utilizada como óxidos de nitrógeno (NOx) que ayudan a reducir las emisiones del gas contaminante que emiten estos medios de transporte.
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