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Cuando los 115 cardenales electores entren
en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo Papa la voz del maestro de
ceremonias proclamará el histórico «Extra omnes!», uno de los términos
utilizados en el ritual para elegir un nuevo Papa. Estos son los
vocablos y expresiones cuyo significado conviene conocer para seguir el
Cónclave:
Cónclave: «con
llave», del latín «cum clavis». Se emplea desde 1272. En aquel año los
ciudadanos de Viterbo encerraron a los cardenales para que se pusieran
de acuerdo en la elección de un nuevo Pontífice, cansados de tres años
de debates.
«Veni Creator Spiritus»: Es
el himno de invocación al Espíritu Santo que cantan los cardenales una
vez han llegado en procesión hasta la Capilla Sixtina recitando
letanías.
«De iure iurando»:
El juramento en latín que se pronuncia al inicio del Cónclave cuya
traducción al español es: «Nosotros los cardenales electores presentes
en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos
observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en
la constitución apostólica del sumo pontífice Juan Pablo II "Universi
Dominici Gregis", emanada el 22 de febrero de 1996. Igualmente
prometemos, nos obligamos y juramos que cualquiera de nosotros, que por
divina disposición, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a
desarrollar fielmente el Munus Petrinum de Pastor de la Iglesia
Universal y no cesará de afirmar y defender hasta la extenuación los
derechos espirituales y temporales, además de la libertad de la Santa
Sede. Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y
con todos, ya sea clérigo como laico, el secreto de todo aquello que en
cualquier modo concierne a la elección del Romano Pontífice y todo lo
que ocurre en el lugar de la elección y se refiera directa o
indirectamente al escrutinio. No violar en manera alguna este secreto
tanto durante como tras la elección del nuevo pontífice, a no ser que el
mismo pontífice confiera explícita autorización; jamás apoyar
interferencias, oposición u otra forma de intervención con la autoridad
secular u otro grupo de personas que quisiera interferir en la elección
del Romano Pontífice.
«Et ego ...cardinalis... spondeo, voveo ac iuro»: Y
yo, ... cardenal ... prometo, me obligo y juro. Es el juramento que
realiza cada uno de los cardenales que tras poner las manos sobre los
Evangelios añade: «Sic me Deus adiuvet et haec Sancta dei Evangelia quae
manu mea tango» (Que Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco
con mi mano).
«Extra omnes!»: «fuera
todos» o «que no quede nadie». Una vez que los cardenales han jurado
secreto, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias pronuncia estas
palabras y todos los que no participan en el cónclave salen de la
Capilla Sixtina y se cierran las puertas. Los cardenales electores
quedan al margen del mundo, sin noticias de cuanto ocurra en el exterior
ni posibilidad de hablar con nadie externo.
«De electione Romano Pontificis»: La
elección de Romano Pontífice. Es el juramento de los cardenales cuando
se acercan a la urna para depositar el voto: «Testor Christuum Dominum,
qui me iudicaturus est, me eum eligere, quiam secundum Deum iudico eligi
debere» («Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, que doy mi
voto al que, según Dios, considero que tiene que ser elegido»). Cada
cardenal tiene una papeleta donde escribe el nombre que desea, lo dobla
en vertical y lo alza para que todos lo vean. Uno por uno, se dirigen
hacia al altar. La papeleta se deja en una patena y una a una se van
depositando en una urna. Al comenzar el escrutinio, las papeletas se van
introduciendo en otro cáliz. El recuento se realiza recitando a viva
voz el nombre de los elegidos y cada voto se anota en un registro. Los
formularios son revisados por tres cardenales antes de ser quemados en
una estufa.
«Fumata blanca»: El
humo blanco que salga de la chimenea de la Capilla Sixtina anunciará al
mundo que un nuevo Papa ha sido elegido. Se habrá quemado paja húmeda
en otra estufa situada junto a la de las votaciones. Si la votación no
es concluyente, se utilizará paja seca y el humo será negro.
«Acceptasne electionem de te canonice factam in summun pontificem?:
Una vez producida la elección canónica, el último de los cardenales
diáconos llama a la capilla Sixtina al Secretario del Colegio
Cardenalicio, al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y a dos
ceremonieros. El cardenal decano en nombre de todos los electores pide
el consenso del elegido con esta frase: «¿Aceptas tu elección canónica
como Sumo Pontífice?» En esta ocasión visto que el decano, Angelo
Sodano, y el vicedecano, Roger Etchegaray, son octogenarios y no son
electores, será el cardenal Giovanni Battista Re quien formule esa
pregunta.
«Quo nomine vis vocari?». Tras
la respuesta afirmativa del cardenal elegido, se le pregunta a
continuación: «¿Con qué nombre quieres ser llamado?». y él responde:
«Vocabor... (Me llamaré...)»
«Habemus Papam»: El
primer cardenal de los diáconos (el Protodiácono, en esta ocasión el
francés Jean Louis Tauran) anuncia al pueblo la elección del nuevo
Pontífice con estas palabras: «Annuntio vobis gaudium magnum; Habemus
Papam: Eminentissimun ac Reverendissimum Dominum, Dominum ... Sanctae
Romanae Ecclesiae Cardinalem... Qui sibi nomem imposuit...» (Os anuncio
una gran alegría. Tenemos Papa. El eminentísimo y reverendísimo señor
...el nombre cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como
nombre ...).
«Urbi et orbi»: Es
la primera bendición a la ciudad de Roma y a todo el mundo que imparte
el nuevo Papa tras pronunciar sus primeras palabras a los fieles.
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