fuente:INEGI. Estado de Chihuahua División Territorial de 1810 a 1995 Edición 1996
ANTECEDENTES
Se puede afirmar que la división territorial del estado se inició durante la Colonia al establecerse los primeros
asentamientos de españoles a mediados del siglo XVI, toda vez que las tribus de indígenas que habitaban estos territorios bajo su forma nómada de vida nunca se constituyeron como una nación.
Hacia 1562 se le otorgó a don Francisco de Ibarra la concesión de la Corona Española para el descubrimiento de tierras y colonias que estuvieran situadas más allá de las minas de Zacatecas. En 1563 fundó pueblos en lo que hoy es Durango y siguió hacia el norte hasta Santa Bárbara, llegando al río Conchos; después viró hacia el suroeste atravesando la Sierra Madre Occidental, por el rumbo del actual municipio de Topia, Durango; arribó a Sinaloa en donde continuó hacia el norte bordeando la cadena montañosa y estableciendo fundaciones en Sonora. Volvió a cruzar la Sierra Madre en dirección al
este, hasta las ruinas de Paquimé hoy Casas Grandes. Ibarra nombró como Reino de la Nueva Vizcaya a los territorios que conforman hoy los estados de Chihuahua, Durango, Sonora, Sinaloa y parte del de Coahuila.
La búsqueda y el descubrimiento de nuevas minas, además de la incansable labor evangelizadora de los misioneros jesuitas y franciscanos, propiciaron la fundación de nuevos asentamientos. Se inició la colonización de la región septentrional de la Nueva España bajo condiciones y circunstancias muy diferentes a las que se tuvieron durante la conquista en el altiplano. Además de una geografía agreste y un clima extremoso, se generó la hostilidad de las tribus que ocupaban esas tierras, las cuales se resistieron a la imposición de la nueva religión y de nuevos reyes, abriéndose desde el principio de la colonia la guerra contra las tribus bárbaras. Salvo algunos períodos aislados de paz, esta guerra tuvo una enorme trascendencia en la vida cotidiana y fue determinante en muchos aspectos de la historia del estado, pues hasta finales del siglo XIX fueron sometidas dichas tribus.
El siglo XVII se caracterizó por la gran cantidad de pueblos que fueron fundados, casi todos de origen minero o religioso; entre ellos destacan:
Santa Bárbara en 1564
Santa María de Carretas en 1580
San Francisco de Conchos en 1602
San Pablo Tepehuanes en 1611
San José del Parral en 1631
San Felipe de Jesús en 1639
Santa Cruz Tarahumares en 1640
San Gerónimo de Huejotitán en 1640
San Antonio Casas Grandes en 1640
San Francisco Javier de Satevó en 1640
San Lorenzo en 1641
Guajoquilla en 1643
San Andrés de Osaguigui en 1646
San Pedro de Conchos en 1649
La Purísima Concepción de Papigochi en 1649
Nuestra Señora de Guadalupe del Paso del Norte en 1659
Santa María de Nativitas de Bachíniva en 1660
San Juan Atotonilco en 1662
San Pedro de Namiquipa en 1663
Santiago de Babonoyaba en 1665
Santa Isabel Tercemares en 1668
San Gerónimo en 1671
Santa Rosa de Cusihuiriáchi en 1674
San Rafael de Matachic en 1675
La Purísima Concepción de Tomóchic en 1675
El Nombre de Jesús de Carichic en 1675
San Miguel de Temósachic en 1676
Nombre de María Santísima de Sisoguichi en 1676
Jesús del Monte de Tutuaca en 1676
Nuestra Señora de Monserrat de Nonoava en 1676
San Cristóbal de Nombre de Dios en 1677
La Asunción de Nuestra Señora de Bocoyna en 1678
San José de los Olivos en 1680
San Antonio de Julimes en 1691
San Nicolás de Carretas en 1695
San Francisco de Cuéllar en 1709
El Reino de la Nueva Vizcaya permaneció casi sin cambios hasta que en 1732, mediante Real Cédula del 14 de marzo, fueron separadas las provincias de Sonora y Sinaloa (que formaban el reino de la Nueva Navarra) para integrar una nueva gobernatura.
El 22 de agosto de 1776 fue creada la Comandancia y Capitanía General de las Provincias Internas, cuya jurisdicción comprendió a las provincias de Sinaloa, Sonora, las Californias, Nueva Vizcaya, Coahuila, Nuevo Reino de León, Tejas y Nuevo México, y se estableció su capital en el pueblo de Arizpe, Sonora; pero la dificultad para gobernar y administrar tan enorme territorio tuvo como consecuencia que en 1785 fueran creadas 3 comandancias generales: la primera se conformaba con las provincias de Coahuila, Tejas, Nuevo León, Nuevo Santander y los distritos de Parras y Saltillo; la segunda con las provincias de la Nueva Vizcaya y Nuevo México; y la tercera con las provincias de Sonora, Sinaloa y las
Californias.
El 21 de mayo de ese mismo año fueron separados del Reino de la Nueva Vizcaya los distritos de Parras y Saltillo, para agregarse a la provincia de Coahuila o Nueva Extremadura, con lo cual se redujo la extensión de los actuales estados de Chihuahua y Durango.
Los presidios militares fueron parte importante dentro de la estructura territorial, pues se crearon para fijar una línea defensiva en contra de las incursiones de las tribus bárbaras que asolaban y castigaban duramente la vida de los habitantes de la región. En 1772 el Reglamento e Instrucciones para los Presidios del Norte estableció que además del refuerzo militar de algunos pueblos, fueran creados otros más. Para 1774 se fundan como presidios militares San Carlos, Presidio del Norte, El Príncipe (más tarde conocido como Pilares), San Elizario, Carrizal, y Janos, que ya lo era desde 1686.
Para 1786 en esa provincia existían las siguientes alcaldías mayores en funciones:
Villa de Chihuahua Santa Bárbara
Parral San Bartolomé (Allende)
Minas Nuevas Cusihuiriachic
Casas Grandes Valles de los Olivos
Batopilas Topago
El Refugio
El 4 de diciembre de 1786 se dictó la Real Ordenanza para el Establecimiento e Instrucción de Intendentes de Ejército y Provincias en el Reino de la Nueva España; en ella se dividió al virreinato en 12 intendencias y 3 provincias. Una de esas intendencias fue la de Durango, que comprendía al territorio del actual estado de Chihuahua.
Un año después, el 3 de diciembre de 1787, las provincias internas fueron modificadas nuevamente, y quedaron bajo la subordinación directa del virrey con las siguientes jurisdicciones:
Provincias Internas de Occidente integradas por la Nueva Vizcaya, Nuevo México, Sonora, Sinaloa y las Californias. Provincias Internas de Oriente conformadas por Coahuila, Tejas, Nuevo León, Nuevo Santander, y los distritos de Parras y Saltillo.
Esta última división de provincias internas, y por estar ya en vigencia el sistema de intendencias, se refería
exclusivamente a los asuntos de carácter militar.
La Real Orden del 23 de noviembre de 1792 conjuntó a las provincias internas en un solo mando, dependiente directamente del rey, y fijó su capital en la villa de Chihuahua. Esta unión no tuvo los resultados que se esperaban, ya que fue más perjudicial que benéfica, se derogó por orden del virrey Iturrigaray el 18 de mayo de 1804. Este cambio que contemplaba la dependencia de las provincias al virreinato no se cumplió por muy diversas causas, hasta que en plena guerra de Independencia el virrey Calleja las vuelve a separar en Provincias Internas de Oriente y de Occidente, el 11 de mayo de 1811, sujetándolas a su jurisdicción.
Al ser implantado el régimen de intendencias se registraron varios cambios importantes, pues bajo este sistema se empezaron a hacer los primeros esbozos de una división territorial más formal. Desaparecieron los gobernadores y capitanes generales que desde el principio de la colonia ejercían el mando, se sustituyeron por los gobernadores intendentes a los cuales les correspondían todos los asuntos de carácter político, económico, de justicia, de hacienda y real patronato. Además, se extinguieron las alcaldías mayores.
De conformidad con la Real Ordenanza, las intendencias fueron subdivididas en partidos, gobernados por los subdelegados reales con funciones judiciales y administrativas, y con autoridad sobre los ayuntamientos.
En la gobernatura de la Nueva Vizcaya, dentro del territorio de la provincia de Chihuahua, se sustituyeron las alcaldías mayores, que al término de la Independencia aún continuaban en funciones, y se establecieron las siguientes
subdelegaciones reales:
Villa de Chihuahua Batopilas
Santa Bárbara Topago
Parral Babonoyaba
Cusihuiriachic Santa Isabel