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La tradición debe continuar, con lluvia o sin ella. Los
chilaquiles ya empezaban a despertar el hambre del estudiantado que
hacía filas por todo el Jardín de las Carreras.
En
esta ocasión tanto el pastel como la tradición de los Chilaquiles a la
tecnológico tenían un toque especial: serían los ingredientes que
alimentarían la conmemoración por los 70 años del Tec de Monterrey.
Con
algunas gotas cayendo, el mariachi no dejaba de sonar amenizando el
escenario que usarían rectores y alumnos minutos más tarde para
continuar con los festejos, luego de la ceremonia solemne en el
Auditorio Luis Elizondo.
Con
algunos estragos por la lluvia se abrieron paso Salvador Alva Gómez,
rector del Sistema Tecnológico de Monterrey, y David Noel Ramírez
Padilla, rector del Tec.
Más
adelante llegaría José Antonio Fernández Carbajal, presidente del
Consejo del Sistema Tecnológico de Monterrey, y con ello empezó la
ceremonia.
“Voy a ser breve, porque ya hace hambre”, dijo Ramírez Padilla al tomar la palabra.
El
rector habló sobre los planes a futuro y retos que se plantea el
Tecnológico, de convertirse en la mejor universidad de América Latina y
ubicarse entre las primeras cien de todo el mundo.
Enfundados
en la camiseta azul y blanco conmemorativa por el 70 aniversario, los
jóvenes atestiguaron y aplaudieron las siete campanadas largas que se
dieron en honor a los empleados, directivos, consejeros, profesores,
alumnos y ex alumnos.
La
lluvia empezaba a asomarse cuando los directivos y los alumnos de las
diferentes asociaciones estudiantiles se enfundaron los mandiles y
gorros de cocinero para empezar con el reparto de los chilaquiles.
Los
primeros afortunados recibieron sus platos de la mano de Salvador Alva,
David Noel Ramírez Padilla o de José Antonio Fernández Carbajal.
Así, sin decir “¡ahí va el agua!” las nubes dejaron caer una intempestiva lluvia.
“¡La
lluvia es el condimento, no se asusten!”, gritaban los repartidores del
alimento con tal de no desanimar a los jóvenes. Sin embargo, lo que no
decayó fue el entusiasmo estudiantil por lo que en media hora los
presentes ya le habían dado un buen bajón a los chilaquiles.
La celebración por los 70 años del Tec
no fue solo un reconocimiento a sus fundadores y actuales directivos.
Por el contrario, el acto realizado al mediodía de ayer resultó ser una
ceremonia de agradecimiento a lo que podríamos considerar son sus
pilares que permiten a la institución seguir creciendo.
“Hoy
le quiero pedir a los alumnos tener dos grandes compromisos: el
primero, que renuncien a la cultura de lo provisional, del desecho
inmediato; el segundo compromiso es que remen siempre a
contracorriente”, señaló Ramírez Padilla.
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