By SUE MAJOR HOLMES / AP
ALBUQUERQUE
Pat Vigil revisaba las páginas de un libro de espiral de cinco centímetros (dos pulgadas) de grosor en las que averiguó datos de la genealogía de su familia al identificar fotografías de sus padres, sus abuelas y de un hermano que jugaba al béisbol en una liga comunitaria.
Vigil destaca el testamento de su abuelo y el mapa dibujado a mano de unas cuantas calles del antiguo barrio de Barelas en Albuquerque. Luego despliega un árbol genealógico que abarca unas 12 generaciones.
Vigil, de 81 años y nativo de Albuquerque, pasó varios años en la década del 80 investigando a su familia y compilando el libro que ahora forma parte de los archivos en la biblioteca genealógica del Centro Cultural Nacional Hispano.
Su trabajo, según indicó, habría sido más fácil si la biblioteca genealógica que data de una década hubiera existido cuando hizo sus investigaciones.
``Mi sugerencia a cualquier persona (con ascendencia hispana) es que empiecen por aquí'' su investigación, dijo Vigil.
La biblioteca, ubicada en un edificio histórico que sirvió previamente como sede de una escuela primaria a la que asistió Vigil, ofrece recursos de investigación que van desde documentos de propiedad de tierras, documentos de registro de unos 200 años de antigüedad de la Arquidióces Católica de Santa Fe, censos de población hasta registros religiosos y gubernamentales de ciudades como El Paso, Texas, y las ciudades mexicanas de Chihuahua y Durango.
Los documentos obtenidos de El Paso y de México son importantes porque ``casi todos los que han llegado hasta aquí pasaron por esas áreas y si alguien quiere remontarse bien atrás en el tiemo va a necesitar darle una revisada a esta información'', indicó la bibliotecaria Greta Pullen.
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